jueves, 25 de marzo de 2010

Una canción que siempre me rompe el corazón


Tláloc
Dios azteca de la lluvia y la fertilidad terrestre
Vaso de cerámica polícroma procedente del templo de Tenochtitlán
(Museo del Templo Mayor en México)

DIOS DE LA LLUVIA

Dios de la lluvia,
apiádate de las bestias y de mí.
Vino tu llanto a redimir
un mundo polvoriento y gris
hecho a medida del triste reptil.



Seguí la luz y te perdí, desde ese día rezaré
para que vuelvas envuelto en tu bruma.
Dejé a mi niña, dulce abril,
entre aire de fresas y jazmín.
Se desdibuja en mi memoria
la umbría vereda que tantas veces recorrí.



Antiguos aromas flotando en el aire
Espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando en el suelo.
Dios de la lluvia, devuélveme al ayer.
Maldito el día en que crecí
dejando atrás el sueño aquel
del dulce mundo en que aprendí
el difícil arte de vivir.




Entre los campos verdes de abril,
lejos del mundo, muy cerca de ti.
Dios de la lluvia, abrázame,
y bajo tus nubes volveré a considerar
las múltiples formas de besar,
el aire bañado en tu perfume singular
de antiguos aromas flotando en el aire.



Espíritu de la bruma, no volverán.
Ríe mi niña flotando entre helechos.
Dios de la lluvia, devuélveme al ayer.
Dios de la lluvia, apiádate
de las bestias y de mí, pobre mortal.

(Canción compuesta e interpretada por "El último de la fila" para el disco "Como la cabeza al sombrero" de 1988)


Manuel García (Barcelona, 1955) y Quimi Portet (Barcelona, 1957)

2 comentarios:

  1. Hermosísima canción, como todas las letras de las canciones de "El último de la fila", uno de los mejores grupos de los 80.
    Un saludo.

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  2. ¡Qué canción tan bella y primaveral! Me estremece. Besos, querido amigo.

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