domingo, 21 de marzo de 2010

El poeta que alcanzó el Parnaso con un solo libro


Busto en homenaje a Tomás Morales frente a su casa natal en Moya
(Escultura de Luis Arencibia realizada en 1999)
(Fotografía de Vicente Díaz Melián)



TOMÁS MORALES CASTELLANO

(Moya, 1884 - Las Palmas de Gran Canaria, 1921)

Me hizo sentir el cántico sonoro
del rumoroso Atlántico
y creer en torno suyo
a una mitografía legendaria.
Creció en un pueblecito blanco
junto al bosque de Doramas
y su lengua maestra fue el latín
con que a los once años


Casa donde nació el escritor convertida en museo sobre su figura

ya sabía componer poemas
que hasta hoy son perdurables.
Una foto desteñida
junto al pobre Alonso Quesada
es testigo de una amistad
incólume, honda y calma.
Ambos fueron
como el agua y el fuego,
mar y tierra, aire


Tomás Morales y Alonso Quesada en Agaete a principios del siglo XX


de la atmósfera literaria
alejada de la metrópoli española.
Publicó un libro único
y con él se basta para llenar de pétalos
sus páginas con versos hercúleos.


"Las rosas de Hércules"
Un libro de versos perfectos a los que debe su gloria el gran poeta


En un poema raro habla de callejuelas
como las que Wilde recorriera
en los suburbios de Londres.
Esa misma lujuria le condujo
a una sífilis de la que no pudo curarse.


Monumento a los poetas en la villa marinera de Agaete
Saulo Torón atento, Tomás Morales de pie y Alonso Quesada pensativo
(Grupo escultórico modelado por José de Armas Medina)


Efigie de Tomás Morales en una plazoleta de la calle que lleva su nombre en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria

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