La banda sonora es de Craig Armstrong, David Byrne y Brian Eno
WALL STREET
(MONEY
NEVER SLEEPS)
(2010)
En torno al afán de peculio sin responsabilidad moral en
cómo lograrlo gira este drama a medias entre lo sentimental y lo bursátil dirigido
por Oliver Stone. La película costó 70 millones de dólares y en un contexto de
crisis económica por el estallido de burbuja inmobiliaria y la venta de
productos tóxicos como las hipotecas "subprime", se comprende que al público le
interesó este producto cinematográfico porque recaudó 130.632.932 dólares.
Shia Labeouf
(Los Ángeles, 1986)
y
Frank Langella
(Nueva Jersey, 1938)
(Los Ángeles, 1986)
y
Frank Langella
(Nueva Jersey, 1938)
Tiene momentos sublimes de
crítica social como cuando en una fiesta la cámara va enfocando las joyas que
lucen las damas que cenan y sonríen satisfechas del brillo de sus pendientes de
oro, rubíes, platino, zafiros y diamantes. Otros instantes son meramente simbólicos, como
el de los niños haciendo pompas de jabón en un parque. Lo que no sé es si los
guionistas Allan Loeb y Stephen Schiff fueron conscientes de que poner a una
izquierdista heredera de cien millones es algo intrínsecamente contradictorio.
Digamos que es fácil hacerse pasar por un justiciero si se actúa como si se tratara de
un hobby.
Josh Brolin
(California, 1968)
y
Eli Wallach
(Brooklyn, 1915 - 2014, Nueva York)
(California, 1968)
y
Eli Wallach
(Brooklyn, 1915 - 2014, Nueva York)
Me recuerda a los hippies niños
de papá que llevaban vaqueros desgastados y camisetas viejas para echarse el
mundo por montera e irse de viaje al Nepal o a la isla de Creta en los años
sesenta. No eran vagabundos menesterosos ni afrontaban una vida en contacto
directo con la naturaleza como motor de cambio del planeta, que era lo que
pretendían aparentar. En realidad, simplemente recibían mensualmente el cheque del
papá capitalista que ganaba dinero con negocios más que probablemente
especulativos, sórdidos, explotadores o nada ecologistas. Mientras tanto, los
hijos progresistas y revolucionarios venga a practicar el amor y no la guerra,
a experimentar con drogas y hacer el gandul.
Carey Mulligan
(Londres, 1985)
y
Michael Douglas
(Nueva Jersey, 1944)
Lo mejor de la película es lo
bien dirigida que está, amén de muchas frases brillantes: “El dinero no es el bien principal de la vida. El tiempo lo es y el tuyo
conmigo se acabó”. “Hagamos un trato,
Bretton: deja de decir mentiras sobre mí y no diré la verdad sobre ti. “Aún no lo saben, pero son la generación “Ninja”: ni
ingresos, ni bienes ni jubilación. Les espera un lindo futuro”. “La avaricia es
buena y ahora también es legal”. “La codicia lleva a comprar tres casas que no
se pueden pagar sin un buen depósito de ahorros, lo que conduce a refinanciar
esa deuda con un crédito de 50.000 dólares sobrantes que te llevan a comprar un
teléfono móvil, un ordenador, un coche, un viaje, una camioneta, y de paso, ¿por
qué no una segunda casa?”.
Oliver Stone
(Nueva York, 1946)
En este film de 133 minutos realiza dos cameos con semblante serio
“El 40% de los beneficios de los bancos derivan de
la especulación financiera, no de la producción de mercancías que la gente
necesita”. “Los préstamos a ultranza suponen un modelo financiero podrido. No
funciona. Es sistémico, maligno y global. Igual que el cáncer: una enfermedad
que hay que combatir”. “Cuando la gente no sabe perder, tiene que
fastidiar el juego para todos”. “¿Eres idealista o capitalista?” “A partir de ahora
no tendremos sexo. ¡Ah! ¿Entonces va a
ser cierto lo que dicen del matrimonio?” “Un pescador reconoce a otros
pescadores desde lejos”. “Las relaciones personales son como burbujas, frágiles, igual que los tulipanes”. “Ser un fanático de la energía limpia es de listos
porque será la siguiente burbuja”. “Los gobiernos se quedan con la mitad de
nuestro dinero y ahora quieren la otra mitad”. “El idealismo asesina los negocios”.
“A mi provecta edad todo lo que llegue es ganancia”.
El valor de las acciones y los bonos es crucial en la economía capitalista
Lo que se echa de menos aquí es la
acción. En todo el film no hay ni un solo disparo. Es una lástima, porque
hubiera hecho mucho más atractiva su contemplación. Michael Douglas (Gordon Gekko) muestra
unos rictus faciales que parecen afectados por alguna clase de cirugía estética
a la que se haya podido someter. Ha perdido facultades expresivas, él, que tan
buen actor fue. Carey Mulligan (Winnie Gekko) se luce en una escena derramando lágrimas de llanto cristalinas. Sobre
Shia Laboeuf (Jake Moore) recae el protagonismo de todo el metraje. Su omnipresencia la
salva con muy buena nota.
La película retrata el corazón financiero del bajo Manhattan
Frank Langella (Louis Zabel) hace un llamativo
y meritorio papel de mentor, pero Josh Brolin (Bretton James) es quien destaca
sobre los demás. Suya es la mejor dramatización de todo el reparto, a lo que
ayuda la perfección de las facciones de su rostro. El anciano Eli Wallach (Julius Steinhardt) realiza
un papel testimonial en el que le falla la voz al silbar. Su afonía es
disculpable, dado que contaba con 94 años de edad cuando actuó. Charlie Sheen
(Bud Fox) hace un cameo irrelevante con un diálogo plagado de tópicos y Susan Sarandon
(la madre de Jake Moore) cumple de modo sobresaliente en el rol de liberada y feminista mamá
norteamericana que anda siempre arriesgando dinero en inversiones para pedir de inmediato
ayuda a su hijo cuando lo pierde.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
La fotografía corrió a cargo de Rodrigo Prieto
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