El coste de producción fue de 88 millones
de dólares, pero logró recaudar más de 244
PIXELS
(2015)
Excelente comedia infantil de animación con unos
fantásticos efectos especiales concebidos para ser exhibidos en 3 dimensiones.
La película, ambientada en los años 80, comienza con un campeonato de juegos de
tipo “Arcade” en el que sale vencedor un tramposo. Inmediatamente después se produce una
invasión de naves marcianas en la isla de Guam. Son los invasores del espacio de un programa llamado “Galaga” que han
cobrado vida. Atacan una base militar norteamericana y se llevan a un soldado
de trofeo como premio por su ataque victorioso, igual que en los videojuegos.
Joshua Gad
(Florida, Estados Unidos, 1981)
Impresionante la persecución de Pacman por las calles de Nueva York
En la trama se recurre a
emociones primarias fácilmente inteligibles por los niños como es el caso de la
envidia. Por ejemplo, cuando un técnico tiene que ceder el paso a una mujer
para entrar en un organismo responsable de la seguridad nacional. El hombre
queda sorprendido cuando ve que ella es un teniente coronel de la Casa Blanca
que le hace gestos de burla al serle franqueado el acceso con prioridad.
Los centípedes atacando sobre el Parlamento de Londres
Los ataques alienígenas producen
desconcierto porque se desconoce de dónde proceden, quién los dirige y por qué.
A los niños les encantan los golpes de efecto, como en general a la sociedad
estadounidense infantilizada, así pues, tendremos alguna escena con violencia
imprevista como la del puñetazo que recibe un personaje en la cara dentro de
una furgoneta. Al igual que si fueran dibujos animados, el hombre saldrá
disparado por la puerta trasera al
recibir el golpe hasta caer sobre el asfalto.
El pequeño Q*Bert que los extraterrestres brindaron a los seres humanos como recompensa por haber sido capaces de derrotar a Pacman
A continuación veremos la
destrucción del Taj Mahal. Para entonces los humanos tendrán que echar mano de
toda la tecnología disponible para acabar con la amenaza que pixela y destruye todo
lo que toca. Afortunadamente, dispondrán de rayos de partículas lumínicas. La
primera gran batalla tendrá lugar entre los centípedes y un nutrido comando
armado con cañones. Tendrán que destrozarles la cabeza para abatirlos, porque
si no, se multiplican. Uno de ellos se escapa después de que los demás sean
destruidos, pero en la persecución cae eliminado justo antes de ir a devorar a
un crío, algo que no logra en el último momento y por los pelos.
Los cuatro fantasmas que luchan contra "Pacman" representados por cuatro coches "Mini" fabricados por "BMW": Pinky, Clyde, Blinky e Inky
Liberan de la cárcel al campeón embustero
porque lo creen útil en la guerra que la Tierra está librando contra los invasores
provenientes del cielo. La siguiente batalla, tan emotiva como espectacular,
será contra el célebre “Pacman”, una gigantesca bola amarilla que tendrá tres
vidas, y por tanto, deberá ser aniquilado tres veces para poder acabar con él. Sale
hasta su creador, Tōru Iwatani. Al final, los pixels orquestarán una embestida
masiva con todos los personajes del arsenal de los antiguos videojuegos:
robots, la rana “Frogger”, los “space invaders”, los “androids”, el “Defender”,
el “Paper boy”, las piezas del “Tetris”, Supermario, algunos destructivos ninjas,
una mujer guerrera, “Donkey Kong” y, para que no faltara una gota de humor, hasta
un pitufo.
El infatigable, maligno y reiterativo "Donkey Kong"
Conseguir el éxito requerirá de una abducción a la nave nodriza
donde enfrentarse de tú a tú con el gigantesco gorila “Donkey Kong”, quien no
parará de arrojar barriles por medio de rampas para acabar con el Teseo que se
atreva a intentar matarle como si él fuese un Minotauro. Sam, el protagonista,
logrará destruirlo con un certero martillazo que congela a los videojuegos y los
evapora.
Tōru Iwatani
(Meguro, Japón, 1955)
Hace un meritorio cameo como padre de Pacman
El guion de Tim Herlihy, Timothy
Dowling y el actor Adam Sandler es completamente apropiado para las
pretensiones del largometraje: rendir tributo a los juegos pioneros que aparecieron
con las primeras consolas. La dirección de Chris Columbus es intachable. Quizá
algún actor no se tomó muy a pecho su trabajo, por ejemplo Kevin James, que en
el papel de William Cooper actuó con demasiado desparpajo. En este género dirigido
a la infancia los actores deben sobreactuar e incluso caricaturizarse a sí
mismos, algo que logró Josh Gad en el rol de Ludlow Lamonsoff, el personaje que
se enamora de Lady Lisa (interpretada con excesiva rigidez y seriedad por la actriz
Ashley Benson). El veredicto sobre este film es que a pesar de las pequeñas
fisuras lógicas en todo trabajo colectivo, el resultado global es el de una
película que será memorable en la memoria de los ojos infantiles que la disfruten.
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
Son 105 minutos de gran placer cinematográfico
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