miércoles, 30 de marzo de 2016

Para los que confunden naturaleza con Disneyland

 
La duración de esta película es de 114 minutos
 
LO IMPOSIBLE
(2012)
 
El título alude a la aparente imposibilidad de que unas vacaciones en Tailandia, concretamente en el complejo turístico “Orchid Beach Resort” junto a la plácida y paradisiaca playa de Khao Lak, puedan convertirse en un infierno. Y por increíble que parezca, debido al tsunami que azotó al océano Índico en las navidades del año 2004, en eso se convirtieron. La historia se basa en los hechos reales que padeció la familia formada por Enrique Álvarez y María Belón con sus tres hijos: Lucas, Tomás y Simón.
 
 
Playa de Khao Lak en la provincia de Phang Nga
(Tailandia)
 
Uno piensa que ante un suceso de tales características el interés lo suscitarán los efectos especiales urdidos para filmar una ola gigantesca, y que a partir de ahí el resto carecerá de enjundia. Sin embargo, no es así. El factor inesperado en esta película lo conforma la dirección llevada a cabo por Juan Antonio García Bayona. Lo mejor de este drama es su trabajo. Inmejorable el tratamiento de la luz, el enfoque de las escenas, la concatenación tan exquisita de las imágenes. La fotografía de Óscar Faura y el montaje de los fotogramas a cargo de Elena Ruiz y Bernat Vilaplana han contribuido también a que la cinta esté tan lograda.
 
 
Estado en que quedó la playa de Khao Lak el 26 de diciembre de 2004 tras un tsunami devastador con olas de hasta 30 metros de altura que mató a 492.866 personas. Se originó a partir de un terremoto submarino en el océano Índico con epicentro en el norte de las islas Simeulue, cerca de la costa occidental de Sumatra del Norte
 
Buena prueba de lo que afirmo es que se ha llevado todo tipo de premios nacionales e internacionales, entre ellos cinco estatuillas “Goya” y seis “Gaudí” o un “Empire Award”, además de varias nominaciones, entre ellas el “Oscar” a la mejor interpretación femenina que finalmente no ganó Naomi Watts pese a su excelente actuación. Lo cierto es que cualquier laurel que se le otorgara sería merecido en lo que respecta a los realizadores, al sonido y a los creadores de los efectos visuales. El público ha sabido reconocerlo, a no ser que acudiera en masa al cine por el morbo de ver desgracias ajenas, catarsis que según Aristóteles nos dice en su Poética siempre se produce en el teatro con la tragedia. 180 millones de dólares de recaudación por 30 millones de euros que costó producirla arrojan en torno a 150 millones de dólares de beneficio.
 
 
Juan Antonio García Bayona
(Barcelona, 1975)
Él es la absoluta estrella de la película aunque no actúe
 
Naomi Watts interpreta a María Bennett con una clara proyección dramática muy superior a la del resto de actores en el reparto. Acapara la cámara casi todo el tiempo y actúa de manera convincente. Ewan McGregor hace de Henry Bennett poniendo toda su buena intención, pero sin lograr transmitir demasiado sufrimiento pese a que le pusieron una lentilla en un ojo para que pareciera más hinchado que el otro. Tom Holland logra un aprobado en el papel de Lucas Bennett, el hijo mayor, porque los otros dos hermanos, Samuel Joslin y Oaklee Pendergast, en los roles de Thomas y Simon, se pasan la mayor parte del film desaparecidos. Geraldine Chaplin hace una breve aparición casi espectral en la que la nostalgia por su padre nos hace respetar el frío hieratismo que nos transmite.
 
 
Tom Holland (Surrey, 1996) y Naomi Watts (Kent, 1968)
 
Del guion no merece la pena hablar porque le viene dado de antemano a Sergio Gutiérrez Sánchez aunque, en honor a la verdad, fue una buena estratagema suya la de volver a incidir en las imágenes del tsunami al final del relato para renovar la atención del espectador cuando daba la impresión de que ya no había más tela que cortar. El sonido que consigue Jorge Adrados es nítido; el vestuario de Anna Bingemann, el típico de los turistas; el maquillaje de Sara Love y Alessandro Bertolazzi, extremadamente realista; mientras que la banda sonora de Fernando Velázquez subyace plenamente adaptada a los hechos que se nos narran.
 
 
A ver cuándo la progresía inane y los ecologistas desorientados entenderán que lo mejor de la naturaleza proviene del trabajo de dominación del hombre y no de su salvaje y criminal caos
 
Mención especial merecen Félix Bergés y Pau Costa, pues a ellos se debe la recreación del inmenso embate del mar que requirió del empleo de 27 millones de litros de agua salada en un inmenso tanque situado en los estudios de cine de la Ciudad de la Luz en la playa alicantina de Agua Amarga. El resultado es tan espectacular que esta película superó en recaudación al “Titanic” (1997) de James Cameron, convirtiéndose en la segunda película más taquillera de la historia en España, inmediatamente detrás de “Avatar” (2009) realizada también por el mismo director canadiense.
 
(Reseña escrita por Andrés González Déniz)
 
 
Una película hispano-estadounidense equiparable
a las grandes superproducciones de Hollywood

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