martes, 10 de febrero de 2009

Old blue eyes will never die



"When I was seventeen
it was a very good year,
it was a very good year for small town girls
and soft summer nights,
we´d hide from the lights
on the village green,
when I was seventeen.



When I was twenty one
it was a very good year
it was a very good year for city girls
who lived up the stair
with all that perfumed hair
and it came undone
when I was twenty one.



When I was thirty five
it was a very good year,
it was a very good year for blue blooded girls
of independent means
we´d ride limousines
their chauffeurs would drive
when I was thirty five.



But now the days grow short
I´m in the autumn of the years
and now I think of my life as a vintage wine
from fine old keg
from the brim to the dregs
and it poured sweet and clear
it was a very good year."





Cuando tenía diecisiete años
fue una época dorada,
digamos que fue un buen tiempo
para conquistar chicas en las verbenas de los pueblos
y gozar las suaves noches de verano
escondiéndonos de las luces
para besarnos en las plazas y los parques.
Estos placeres suceden cuando tienes diecisiete años.



Luego, cuando cumplí los veintiuno,
también fue un buen año,
digamos que era el momento de flirtear con chicas cosmopolitas
que vivían en lo alto de grandes rascacielos,
usaban fragantes perfumes sofisticados
y se dejaban el pelo suelto.
Sí, eso ocurrió cuando tenía veintiún años.



Más tarde, cuando cumplí los treinta y cinco,
por qué no voy a jurar que también disfruté de una buena racha
corriendo detrás de mujeres con gran clase
independientes y modernas,
paseando en limusinas caras
con chóferes particulares al volante
mientras nos besábamos en el asiento trasero.
Esas cosas te pueden pasar cuando tienes treinta y cinco años.


Lo malo es que ahora los días se me antojan más cortos
porque estoy en el otoño de la edad
y veo mi vida como un vino añejo
reservado en un barril antiguo y frágil
que desde la base hasta el borde
se derrama dulce, limpio y rojo.

Lo único que puedo decir antes de que me vaya
es que de cada año que viví
siempre afirmaré que fue amable conmigo.


Francis Albert Sinatra (1915-1998)

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