martes, 29 de enero de 2013

Acerca del intocable mantra del poder de la mayoría

 
 
LA POLÍTICA DE LA SABANA

Dijeron las pulgas a los leones que eran iguales. Los felinos, sorprendidos, quisieron saber por qué.

-¿Acaso si nos cortan una pata no nos duele como a vosotros? Nosotras también padecemos, pensamos, sentimos y tenemos una identidad propia, una individualidad sensible como la vuestra. 

Acordada la igualdad, el siguiente paso fue realizar un censo paritario y convocar elecciones. Como las pulgas eran mayores en número, las ganaron. Desde entonces, su organización social es de tal naturaleza, que los grandes carnívoros viven siempre infestados por estos parásitos chupasangres. 


Pulga de piel de arena vista al microscopio

Las pulgas, satisfechas, a partir de ahí ejercieron una tiranía sobre los félidos que para disimular llamaron "democracia", y si algún león se atrevía a invocar la anterior jerarquía, lo condenaban por fascista y antidemocrático. 

Un día se desató una epidemia de peste contagiada por la corrupta saliva avariciosa de las pulgas. Pero ya era demasiado tarde. A los leones, desnutridos y enfermos, les dijeron que era una crisis que iba a costar muchos sacrificios, por lo que debían soportar ver a todos los mamíferos de la sabana caer como moscas. 

Mientras tanto, las pulgas siguieron ocultas bajo la pelambre de los animales, engordando a su costa e insistiendo, por todos los medios de propaganda a su alcance, que la democracia era el menos malo de los sistemas de convivencia posible.
 
 

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