jueves, 31 de enero de 2013

Del poeta que hizo un balance final desengañado

 
Imre Csanádi
(Zámoly, 1920 - Budapest, 1991)
 
FIERAS DEL BOSQUE,
PÁJAROS DEL CIELO
 
Cumplí treinta y cinco años, de un día a otro
treinta y seis ya serán.
Multiplicados, desde el valle, escucho
los recuerdos ladrar.
 
Vienen tantos trabajos, la paciencia
siempre poco me dura.
Apenas los saludo: estoy a medio
camino, en plena altura.
 
¿En medio del camino? ¿En plena altura?
Logré apenas la falda
de aquella cumbre con la cual antaño
la ambición me adulaba.
 
 
 
 Ni oro, medallas o fama, me atraían;
si fama, no cualquiera,
sino la que en el tiempo bullicioso
en metal me erigiera.
 
¿Me derrumbo? ¿Estoy firme? ¡Qué me importa!
Que de mugre y vergüenza
librarme, como el hierro de la herrumbre,
pueda siempre con fuerza.
 
Que pueda en paz mirarme, sin sonrojo,
mi descendiente, y logre
la plebe de la cual procedo, orgullo
sentir al oír mi nombre.
 
 
 
 Fieras del bosque, pájaros del cielo,
ya mis antepasados
las exequias, endechas, el sepelio
y todo os han dejado.
 
Fieras del bosque, pájaros del cielo,
que oiga no obstante yo
entre el vértigo de ideas e isótopos,
el canto y el clamor.
 
Fieras del bosque, pájaros del cielo,
halladme listo y fuerte.
Mi muerte llama: que me halle tranquilo,
que no tarde en caerme.
 
(Traducción de David Chericián)
 
[Poema escrito por Imre Csanádi incluido en la antología Cincuenta poemas de quince poetas húngaros, Madrid, Izana editores, 2012, (introducción y selección de András Simor), pp. 147]
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario