Felipe Benítez Reyes
(Rota, Cádiz, 1960)
"Tertulia del café Pombo "
(1920)
José Gutiérrez Solana
(Madrid, 1886 - 1945)
EL CAFÉ
Ese viejo café de tertulias burguesas
evocado en los versos de Fernando Fortún
retrata una edad rosa de rímmel y marquesas,
de logias modernistas, de seda y calambur.
Un tiempo que me hubiese gustado conocer
(las trompas de Rubén, los desplantes de Valle),
dejando en mis poemas el habla de la calle
y el eco purpurado de Stéphane Mallarmé.
Me daría lo mismo malvivir en pensiones
si mis versos gozasen de la estima y respaldo
de Machado (Manuel) y Leopoldo Lugones.
Pero mi tiempo es otro. Malvivo en una casa
de quince habitaciones, mis versos van de saldo
y aquellos personajes son nombres del Espasa.
Gran Teatro del Liceo en Barcelona
EL ACTOR
Los focos han dañado mi vista y mi memoria.
Yo era Hamlet, don Juan o un noble caballero
del siglo diecisiete, sensual y aventurero.
Me halagaba el aplauso, despojo de la gloria.
Las fotos en la prensa, los cocktails... era hermoso
vivir, y era tan fácil. Por dentro, el decorado
se iba ya derrumbando. (El arte lo he pagado
más caro que la vida). Fui rico y licencioso.
Tuve lo que los hombres aprecian: tuve amores,
viajé por el mundo, tuve esa cosa vil:
la fama. Y al final no sé quién soy. Adiós,
el telón va a caer por vez última. Las flores
que espero son amargas. ¿Quedará algo de mí?
En los palcos del mundo mi nombre fue el de un dios.
"Memoria"
(1945)
René François Ghislain Magritte
(Lessines, 1898 - Bruselas, 1967)
RECUENTO
Todo lo que he perdido lo recuerdo.
Todo cuanto gané lo he despreciado.
El robo de la vida me dio fama.
Perdí mi corazón en una apuesta
y nunca tuvo dueño mi razón.
Rompí el cristal de luz de un espejismo
y no quise mirar lo que rompía.
El mundo lo he medido con mi sombra.
Y ahora no sé qué hacer con el que soy,
porque sólo soy ya quien se recuerda.
(Poemas entresacados de Benítez Reyes, Felipe: Vidas improbables, Madrid, Visor, 2009, Colección "Palabra de honor", 159 págs.)
Son unos poemas bellísimos, me gusta mucho su mirada hacia el interior, esa percepción de nuestra transitoriedad, tan frágil, por la vida. Saludos cordiales.
ResponderEliminar