miércoles, 17 de febrero de 2010

Un matemático y astrónomo volcado en la poesía


Omar Jayyam
(Nishapur, 1048 - Balj, 1131)

Jayyam: tu cuerpo es como una jaima.
Su sultán es tu espíritu y su hogar es la Nada.
El siervo destinado prepara el hogar de otro huésped.
Cuando el sultán se ausente desmontarán esa jaima.

Al mundo me trajeron sin mi consentimiento
y los ojos abrí con sorpresa infinita,
partiré después de reposarme un tiempo
sin saber la razón de mi entrada y salida.

A nadie le ha sido prometido un mañana.
Mantén en la dicha tu alma nostálgica.
Bebe el vino en el claro de luna, mi amor, que la luna
brillará muchas noches sin volver a encontrarnos.

¿Cómo admitir que Aquél que ha modelado la copa
pueda pensar en destruirla?
Todas estas hermosas cabezas,
todos estos brazos bellísimos,
todas estas manos encantadoras:
¿Qué amor las ha creado? ¿Qué odio las destruye?


"Odalisca con su esclavo"
(1840 )
Jean Auguste Dominique Ingres
(Montauban, 1780 - París, 1867)

Mi ración de existencia ha volado en escasas horas.
Se deslizó como el agua en el río,
como el viento en la estepa.
Hay dos días que jamás me perturban:
el que habrá de venir y el que se ha ido.

En los muros de Tus vi un día un pájaro
posado frente al cráneo de Key Kavus.
El pájaro le dijo al cráneo: "Ay de ti: ¿Qué se hicieron
el eco de tu gloria y el sonar de los clarines?

¡Cuánto mejor no fuera del catálogo arcano
borrar del Universo toda alma infortunada,
que engrosar gota a gota del infortunio humano
los ríos que se llevan al Infinito Océano!

Somos muñecos que agita la rueda del cielo.
Esto es una verdad y no una metáfora.
Somos juguetes sobre el tablero de ajedrez de la vida
que dejamos para entrar uno a uno en la nada.


Robert James Fischer
(Chicago, 1943 - Reikiavik, 2008)


Nosotros, piezas mudas del juego que Él despliega
sobre el tablero abierto de noches y de días,
aquí y allá las mueve, las une, las despega,
y una a una en la caja, al final, las relega.

Antes de ti y de mí existían las noches y los días
y giraba la cúpula del cielo.
Todo rincón del mundo donde posas tu planta
fue un día la pupila de una hermosa doncella.

No sometas tu cuerpo a la pena
para conquistar la plata y el oro.
Brinda con tus amigos antes que tu aliento se enfríe.
Después de ti tus enemigos serán quienes brinden.

Un beato le dijo a una hetaira:
"Borracha, caes a cada instante en los brazos de todos".
Respondió ella: "¡Oh, beato: soy todo cuanto dices!
¿Eres tú el que pareces?"



Hay dos cosas que nos hacen prudentes y sabios,
dos importantes revelaciones inéditas:
no comer todo cuanto se come,
apartarse de todo cuanto vive.

Aquéllos que recibieron ciencia y virtud
y fueron luminarias de sus discípulos,
no han caminado más allá de esta noche profunda.
Recitaron sus fábulas y encontraron
un silencio sin término.

Yo tenía un maestro cuando estaba en la escuela.
Después fui maestro y creí triunfar.
Escucha el final. Todo esto es tan sólo
un puñado de polvo bajo el soplo del viento.

Dicen que hay un toro en los cielos
y otro toro escondido bajo la tierra.
Abre tus ojos como hacen aquellos que no son idiotas
y mira esa manada de asnos entre dos bueyes.



Frecuenta a los hombres honestos y sabios.
Huye a mil leguas de los ignorantes.
Bebe el veneno que te dé un hombre digno.
Vierte el antídoto que te ofrezca un imbécil.

Nuestra cosecha en este mundo
es sufrir hasta el último instante.
¡Felices aquellos que parten pronto!
¡Más felices aquellos que no nacerán!

Si yo tuviese sobre los cielos el poder que Dios tiene,
los demolería sin hacerme esperar
y haría otro mundo donde un hombre libre,
sin cerrarle el camino, disfrutase su dicha.

La persona en quien confías más ciegamente,
verás, si la analizas en frío, que es enemiga.
Vale más en los tiempos que corren
no acercarse al amigo.
La conversación con el hombre de hoy,
sólo es buena de lejos.



He roto en una piedra mi copa de barro.
Ebrio cometí semejante locura.
Aquella copa parecía decirme.
"Yo he sido como tú. Tú serás como yo".

Había una gota de agua y se ha sumido en el mar.
Una brizna de polvo y se ha enterrado en la tierra.
Venir al mundo y dejarlo: ¿qué puede significar?
Una mosca se ha dejado ver.
Después ha desaparecido.

Busca una novia que te enloquezca,
si es que aún hay novias.
Busca un agua al borde del césped,
si es que aún hay césped.
No te ocupes de este infierno apagado,
porque en verdad,
no hay otro cielo que el que te digo,
si es que aún hay cielo.

Si triunfas dirán que ha sido con malas artes.
Si te retiras sospecharán que estás intrigando.
Lo mejor es que vivas sin ocuparte de nadie
y que nadie tenga ocasión de ocuparse de ti.



La rueda de los cielos multiplica el dolor.
Hoy nos pone aquí abajo y mañana nos lleva.
Si los que aún no han llegado conociesen su suerte,
pedirían a gritos no tener que nacer.

Líbrate a la alegría porque la pena es inmensa.
Las estrellas volverán a citarse
en sus lugares de siempre
y los ladrillos que cocerán con tu cuerpo
servirán para edificar el hogar de otros hombres.

¡Ay! ¿Cuánto durará el mundo después de mí?
No quedará de nuestro paso fama ni huella.
El mundo no estaba incompleto cuando nacimos.
Nada cambiará tampoco con nuestra ausencia.

¿Qué gana este mundo con nuestra vida?
¿Qué es lo que queda de nuestros sueños?
¿Dónde está el humo de tantos hombres
cuya ceniza yace en la tierra?



Laúdes, copas, perfumes, labios,
cabelleras, ojos rasgados:
juguetes que las horas destruyen, juguetes.
Austeridad, solicitud, oración, renuncia, trabajo:
cenizas que el tiempo sopla, cenizas.

Ven. No anticipemos el dolor de mañana.
Gocemos juntos este presente fugitivo,
porque muy pronto seguiremos el mismo rumbo
que aquellos que partieron hace más de mil años.

El capital de la vida se desliza entre nuestros dedos.
La muerte anega nuestras almas con sangre
y nadie ha regresado para que yo pudiese
saber dónde se encuentran
quienes partieron antes.

Reuníos, amigos, después de mi muerte.
Gozad todos juntos y cuando el copero
os escancie un buen vino, más añejo que nunca,
recordad a Jayyam y bebed recordándolo.


Tumba de Omar Jayyam en su ciudad natal de Nishapur

3 comentarios:

  1. Qué agradable sorpresa encontrar aquí los versos de este gran poeta persa, al que admiro mucho. De hecho, escribí un poema dedicado a él que publicó Fernando Sarriá en su blog. Te dejo el enlace por si te da apetencia de leerlo.
    http://fernandosarria.blogspot.com/2008/07/omar-kahaiam.html
    Hay que bajar bastante, pues tiene varias imágenes al inicio.
    No sabía de la existencia de la tumba de Omar en Nishapur. Me gusta saberlo, y me emociona. Besos.

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  2. Una entrada para el apluso y las felicitaciones. Impecable!! Un abrazo.

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