jueves, 29 de abril de 2010

El escritor al que le llueven palos de todos lados


Salvador Sostres i Tarrida
(Barcelona, 1975)

LA XENOFOBIA Y LA VERDAD

Al concejal de Badalona -y del PP- Xavier García Albiol le ha caído la de Dios por relacionar la delincuencia que sufren algunos barrios de su ciudad con la presencia de ciertas bandas de gitanos rumanos. "El colectivo rumano-gitano se ha instalado en esta ciudad para delinquir y para robar", ha dicho, y los socialistas se le han echado encima sin piedad. En estos tiempos que corren, a cualquiera le llaman xenófobo. Y cualquiera se llama a sí mismo antifascista, como el bestia del Metro de Madrid, después de propinarle una brutal paliza de patadas y puñetazos a un chico que estaba allí.


Raúl B. A. practicando lo que entiende por antifascismo


A García Albiol ya hace tiempo que le dicen de todo, pero los problemas que él denuncia persisten, las bandas de gitanos rumanos ahí están con su delincuencia previsible. Cierto es que los asuntos de inmigración hay que tratarlos con delicadeza, lo que no significa insistir en la actual incompetencia. Cierto es que hay que ir con cuidado a la hora de estigmatizar a los colectivos, lo que no puede llevarnos a negar la realidad ni a dejar de afrontarla; ni a ser permisivos -y por lo tanto, cómplices- con determinada delincuencia establecida y organizada por miedo a que nos llamen racistas. El alcalde de Badalona, Jordi Serra, del PSC, ha dicho sobre las declaraciones de Albiol que "le daría vergüenza hacer política avivando las bajas pasiones de la gente", cuando en realidad lo que debería darle vergüenza es tener la ciudad en el penoso estado en que la tiene y con unos índices de inseguridad tan siniestros. No sé de dónde saca el morro, encima, para dar lecciones.


Imagen aérea de la ciudad de Badalona


A los que las posiciones del diputado Albiol sobre inmigración les parezcan demasiado crudas tienen que recordar que ha sido la hipocresía socialdemócrata la que nos ha traído hasta aquí, esta diabética corrección política que nos ha situado en el extremo de tener una ley de inmigración -buena, por cierto- y de no aplicarla, y a una consiguiente degradación de la vida pública que ha disparado todas las alarmas. Y el mal humor, claro. Tenemos un problema. Un problema con la inmigración, aunque muchos crean que es racista decirlo. Y aunque es totalmente cierto lo que García Albiol cuenta acerca de los rumanos gitanos de su ciudad, la mayor parte de la culpa no es de ellos sino de los que, por demagogos y cobardes, han permitido que la situación se pudriera hasta este punto. Todos estos socialdemócratas buenistas deberían saber que las primeras víctimas de la inmigración ilegal o irregular son los propios inmigrantes que, por causa de su situación impracticable, se ven casi abocados a delinquir, son carne de cañón para redes malignas y mafias y son fuente de toda clase de conflictos por sus lógicos problemas de integración.


Chabola de gitanos rumanos frente al Paseo de Yeserías en Madrid


Ni Xavier García Albiol es un racista, ni un xenófobo, ni hace más que reclamar soluciones a los problemas que detecta en su ciudad. Como él mismo ha recordado, está a sólo dos concejales de ser alcalde. El socialista Serra, por aferrarse al cargo, ha agitado todos los fantasmas y recurrido una vez más al viejo dóberman para asustarnos. Pero que nadie tenga miedo. Es imposible que Albiol, ni nadie, supere en inutilidad y mezquindad al presente alcalde.

(Artículo de opinión escrito por Salvador Sostres y publicado en el diario "El Mundo" el jueves 29 de abril de 2010)


Xavier García Albiol
(Badalona, 1967)
Candidato popular a la alcaldía de su ciudad natal

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