miércoles, 28 de abril de 2010

El escritor que dice las cosas que nadie quiere oír


Fernando Sánchez Dragó
(Madrid, 1936)

PIGS

¿Somos unos cerdos? Así llaman los ingleses, con "pe" de Portugal, "i" de Italia, "ge" de Grecia y "ese" de Spain, a los salvajes en pelotas de los países sureños que se colaron por la puerta de servicio en la Unión Europea. No era sensato mezclar las churras con las shetlands ni confundir las porras con el porridge. Ese sueño de promiscuidad contra natura tenía que terminar en pesadilla. Ahora, en la City, se desayunan con ella. Pesadilla, en efecto, es para los gentlemen ver cómo los pobres se sientan a su mesa, comen con los dedos, rebañan el plato, eructan, se meten en los bolsillos las cucharillas de plata y, encima, tienden la mano pidiéndoles una limosna para gastarla en vino. Somos así. Grecia ya está en bancarrota y sus ciudadanos lo celebran echándose a la calle para agravar las cosas. ¡Es la economía, estúpidos! En Japón, donde escribo estas líneas, la prensa asegura que Portugal, España e Italia, por ese orden, quebrarán. Dios nos cría.



También dicen por aquí que van a echarnos del euro. Ya no podrá la gente hablar de "antiguas pesetas". La gramática, al menos, saldrá ganando. Era esa expresión un dislate lingüístico. ¿Serán modernas las que vuelvan a ponerse en circulación? No. Nacerán difuntas. Cojan el dinero y corran hacia el dólar, hacia el yuán, hacia el yen. Oigo ya el ruido de las sierras que cortan las estacas de la valla del corralito. No somos la Europa de segunda velocidad. Somos la de la marcha atrás. Nos colamos hace tiempo sin billete en la cabina de la locomotora y el revisor de los números rojos nos devuelve al furgón trasero, el de los pigs, en el que siempre habíamos viajado.



Vuelvo al principio: ¿tienen razón los ingleses? ¿Somos unos cerdos? Grecia, no sé. Hace más de medio siglo que no la visito. Italia, no. Es lista y siempre sale a flote. Portugal, tampoco. Sus habitantes son gente educada y de buen corazón. España... ¡Puah! ¡Qué asco! ¡Qué hedor! Plebe sin pueblo, zafiedad, crueldad, mendicidad, suciedad, corrupción, "telecaca", envidia, maledicencia, gruñidos. Ése es nuestro ADN: el del cerdo inérico, cuya pata es tan negra como su alma y como su conciencia. Entren en el váter de cualquier bar. Dibujos obscenos en las paredes, restos de mierda en la taza, sopa de orina en su fondo. El español es un guarro que no tira de la cadena ni baja la tapa del retrete. Vivimos en una pocilga. ¿Tendrá que ir Zetaparo a Bruselas para pedir, oink, oink, un puñado de bellotas por el amor de Dios? Estarán locos si se lo dan.

(Artículo de opinión escrito por Fernando Sánchez Dragó y publicado en el diario "El Mundo" el martes 27 de abril de 2010)

A fecha de hoy la cifra de parados en España ha superado la tasa del 20% situándose en 4.326.500 desempleados, a los que podrían sumarse otros 500.000 acogidos al PER (Plan de Empleo Rural) y a cursos de formación

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