domingo, 31 de enero de 2010

La mujer con la que me identifico por completo


Wislawa Szymborska
(Kórnik, Polonia, 1923)

LA REALIDAD SE IMPONE

La realidad exige
que lo digamos bien claro:
la vida sigue su curso.

Sucede así en Cannas y Borodino,
en los llanos de Kosovo y Guernica.

Hay una gasolinera
en una pequeña plaza de Jericó.
Hay bancos recién pintados
cerca de Bila Hora.

Las cartas van y vienen
entre Pearl Harbor y Hastings.
Pasa un camión de muebles
bajo la mirada del león de Queronea
y sólo un frente atmosférico amenaza
los florecientes jardines cercanos a Verdún.



Hay tanto de Todo que lo que hay de Nada
queda muy bien cubierto.

De los yates de Accio llega la música
y en la cubierta, al sol, bailan las parejas.

Pasan siempre tantas cosas
que seguro tienen que pasar en todas partes.
Donde hay piedra sobre piedra
hay un carro de helados cercado por los niños.

Donde estaba Hiroshima
de nuevo está Hiroshima
y se siguen produciendo
objetos de uso cotidiano.

No le faltan encantos a este hermoso mundo
ni tampoco amaneceres
para los que merece la pena despertar.

En los campos de Macejowice la hierba es verde,
y en la hierba, como pasa en la hierba,
está la escarcha transparente.



Quizá no exista un lugar
que no haya sido un campo de batalla.

Los aún recordados, los hoy ya olvidados,
son bosques de cedros y bosques de abedules,
nieves y arenas, pantanos irisados
y barrancos de negro fracaso
donde en caso de urgencia
satisfacemos ahora nuestras necesidades.

Qué moraleja sale de todo esto:
parece que ninguna.

Lo que de verdad sale
es la sangre que se seca rápido.
Y siempre algunos ríos, algunas nubes.

En esos desfiladeros trágicos
el viento se lleva los sombreros
y es inevitable:
la imagen nos da una risa estúpida.

(Poema del libro Fin y principio publicado en 1993)


Wislawa en una foto del año 2009

SI ACASO

Podía ocurrir. Tenía que ocurrir.
Ocurrió antes. Después.
Más cerca. Más lejos.
Ocurrió. No a ti.

Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol.
Por fortuna había allí un bosque.
Por fortuna no había árboles.



Por fortuna una vía, un gancho, una viga, un freno,
un marco, una curva, un milímetro, un segundo.

Por fortuna una cuchilla nadaba en el agua.
Debido a, ya que, y en cambio, a pesar de.

¿Qué hubiera ocurrido si la mano, el pie,
a un paso, por un pelo, por casualidad,
mínimamente, de sopetón?

¡Ah! ¿Estás ahí? ¿Sigues todavía vivo?
¿Directamente de un momento todavía entreabierto?
¿La red tenía un solo punto, y tú a través de ese punto?

No dejo de asombrarme, de quedarme sin habla.
Escucha cuán rápido me late tu corazón.

(Poema del libro Si acaso publicado en 1978)

[Ambos poemas son traducciones del idioma polaco realizadas por Abel A. Murcia]

Recopilación de la poesía szymborskiana

1 comentario:

  1. pues una entrada muy bonita, la musica y mas mucho mas, los poemas de esta bella mujer, que supo plasmar en sus versos los sentimientos que percibia, un abrazo.

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