Justo Jorge Padrón (Las Palmas de Gran Canaria, 1943) es el mejor heredero de Tomás Morales y el que termina por cumplir el aserto freudiano de asesinar al padre superándolo en profundidad de pensamiento, altura lírica y cantidad de libros. El ansia de perfección formal es lo que sigue manteniéndolos unidos. Si Tomás Morales se nutrió de Rubén Darío, Padrón bebe de todas las fuentes y escoge las más fértiles para cristalizar el primor de su escritura: René Char, Pablo Neruda, Octavio Paz y Jorge Luis Borges son sólo algunos de los nombres más ilustres que le han iluminado.
Me gustaría transcribir aquí un poema de Justo Jorge Padrón sobre el bonaerense divino:
BORGES
"Hiciste de lo oscuro luz sencilla,
interpretaste el sueño de la historia,
el fulgor de las sagas, la memoria
de Isidoro Acevedo y su semilla.
Conociste la frágil maravilla
en el rodar constante de tu noria,
y lo humano y lo vano de la gloria:
un trágico destino que no brilla.
De todos los prodigios y el pecado
quisiste ser sin duda el desdichado
que atravesó el edén de lo disperso.
Ignoraste la acción, no su aventura,
arrancaste la llama de la hondura
y desvelaste, ciego, el universo."
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