lunes, 19 de enero de 2009

La ciencia al alcance de todo el mundo


Esto no es un libro a secas. Hay algo diferente. Conjuga conocimiento y amenidad. Es una especie de biblia moderna sobre el estado actual de los conocimientos a los que se han asomado los científicos. Es el libro que merecería vender millones de ejemplares y traducirse a todas las lenguas. Pocos textos han satisfecho tanto mi curiosidad como éste. Muy pocos. Son 456 páginas que te apena terminar. Podrían haber sido mil que igual las hubieras seguido devorando. Cuando al científico le añades la sensibilidad de un buen escritor suceden estas cosas. Pero no son tan frecuentes. Aquí se cuentan detalles sobre la ocasión en que el hombre descendió a las profundidades marinas en la Fosa de las Marianas y el panorama sobrecogedor que durante veinte minutos contemplaron los valerosos submarinistas desde un batiscafo. Fue en enero de 1960. Los héroes: Jacques Picard y Don Walsh. Tardaron cuatro horas en descender 10.918 metros, y a esa profundidad la presión era tan insoportable que alcanzaba los 1.196 kilos por centímetro cuadrado. Al tocar fondo perturbaron la silenciosa vida de un pleuronéctido, una especie de pez plano que dormía o tal vez aguardaba para cazar su alimento.


Bill Bryson (Des Moines, Iowa, Estados Unidos, 1951)


Aquí se habla de la conquista espacial y se ofrecen datos curiosos, como que la velocidad mayor alcanzada por un artefacto humano es la de las naves espaciales Voyager I y II, que en estos momentos están alejándose de la Tierra a 56.000 kilómetros por hora. Gracias a estos dos aparatos hemos descubierto más satélites girando alrededor de sus planetas en el Sistema Solar, de modo que hoy contabilizamos hasta noventa, mientras que hasta hace pocos años creíamos que había tres decenas.
Este libro nos enseña que fue Sir Richard Owen quien bautizó a los dinosaurios con ese nombre que significa "lagartos terribles". O que una vida humana larga es tan corta que sólo aspira a constar de 650.000 horas de duración total. Y que el espacio existente es el que va creando el universo al expandirse, un universo cuya edad se estima en 13.700 millones de años. O que Neptuno está tan lejos del sol que sólo capta el 3% de la luz que del mismo astro recibe Júpiter.
Nuestra Vía Láctea no es nada más que una de las 140.000 millones de galaxias que existen, y muchas son mayores que la nuestra. La Luna se formó a partir de un asteroide del tamaño de Marte que chocó contra la Tierra hace 4.400 millones de años. Así pues, nació al conglomerarse el material de la corteza terrestre que salió despedido hacia el espacio pero quedando atrapado por la fuerza gravitatoria del planeta azul. Eso explica que la Luna sea inerte: no tomó nada de nuestro núcleo incandescente.
Este libro es maravilloso e imprescindible para cualquier persona que quiera cultivarse y divertirse al mismo tiempo. Rinde homenaje a grandes investigadores como Isaac Newton, Robert Boyle, Johann Becher, John Dalton, Karl Scheele, John Priestley, Berzelius, Mendeleyev, Lorenzo Avogadro, Georges Lemaître, Marie Curie, Ernest Rutherford, Einstein, Niels Bohr, Albert Michelson, Edwin Hubble, y tantos otros de los que se narran afanes y descubrimientos. Nos enseña que el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo (para alivio de la NASA que lo utiliza como combustible), y en segundo lugar el el helio. También que un átomo puede sobrevivir la cantidad exorbitante de 10 elevado a 35 años. Y algo tan curioso como que cuando nos sentamos en una silla, en realidad no la estamos tocando, "sino levitando por encima de ella a la altura de un angstrom (una cienmillonésima de centímetro) con nuestros electrones y los suyos oponiéndose."
Este libro es demasiado bueno para mirar hacia otro lado y esquivarlo. No podemos hacer como si no estuviera publicado en castellano. Tampoco se merece pasar de moda. La sabiduría que contiene va a ser más perdurable que nosotros mismos. Y nuevos descubrimientos, más que corregirlo, lo que conseguirán es aumentarlo tras las pertinentes actualizaciones. Es el libro perfecto para difundir la ciencia y lograr que no sea incoherente esparcir margaritas a los burros.
Bill Bryson delante del castillo (hoy universidad de la que es rector) y la catedral de Durham, en el Reino Unido.

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