viernes, 16 de enero de 2009

Un libro pericoloso e suicida


Roberto Saviano se ha ido de la lengua con la pluma y puede pagarlo con su vida. Este napolitano de 30 años ama la verdad, pero ésta tiene un precio demasiado alto. Quisiera una tierra limpia de residuos tóxicos y denuncia cómo la están envenenando en la Campania, Calabria y Apulia. Ha escrito un libro honesto, bien documentado, si bien puede haberle transformado en alguien que pasea su cadáver para el resto de sus días.
En principio le dieron cobertura policial. Poco después ha tenido que salir huyendo de Italia, pero los tentáculos del crimen organizado son muy largos, su infiltración en los estamentos oficiales puede ser profunda, y la paciencia del Sistema o Camorra es imperturbable e infinita. Ya tenemos a otro Salman Rushdie sintiendo el aliento del asesinato por encargo en la nuca.
Existe la posibilidad de que le perdonen la vida como no se la perdonaron al sacerdote Don Peppino Diana por haber transitado el mismo camino. Quizá le dejen seguir vivo por contar cosas que en su mayoría proceden de las declaraciones de arrepentidos y que de alguna forma han caducado o no han sido fruto de chivatazos suyos. La dificultad estriba en que el pasado prosigue en el presente y se proyecta hacia el futuro, por lo que alguien puede considerar una interferencia inaceptable en los negocios de los clanes mafiosos a este libro.
Otra posibilidad de supervivencia residiría en que los boss (jefes o capos) decidan considerar algún aspecto positivo, como el del abaratamiento de las marcas de ropa y otros bienes de consumo pirateados y convertidos en accesibles para las capas populares que antes no podían permitírselos. Por lo demás, éste es un texto cuyo rosario de crímenes asusta leerlo por los modus operandi empleados, así que imagino y aplaudo la valentía o el coraje necesarios que tuvo su autor para escribirlo.
Se convertirá en un clásico como el que Mario Puzo logró con El Padrino. El problema es que quienes alcanzan el estatus de clásico generalmente ya no cuentan entre los vivos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario