LA CANCIÓN MÁS HERMOSA DEL MUNDO
"Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda,
medio par de zapatos de clown y un alma en almoneda,
una Hispano-Olivetti con caries, un tren con retraso,
un carnet del Atleti, una cara de culo de vaso,
un colegio de pago, un compás, una mesa camilla,
una nuez o bocado de Adán, menos una costilla,
una bici diabética, un cúmulo, un cirro, una estrato,
un camello del rey Baltasar, una gata sin gato,
mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy, las damas primero,
mi Cantinflas, mi bola de nieve, mis tres mosqueteros,
mi Tin-Tín, mi yo-yo, mi azulete, mi siete de copas,
el zaguán donde te desnudé sin quitarte la ropa.
Mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera,
una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera,
no sabía que la primavera duraba un segundo:
yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
(...)
Me libré de los tontos por ciento del cuento del business,
dando clases en una academia de cantos de cisne,
con Simón de Cirene hice un tour por el monte Calvario,
¿qué harías tú si Adelita se fuera con un comisario?
Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera,
si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera.
Heredé una botella de ron de un clochard moribundo,
olvidé la lección a la vuelta de un coma profundo.
Nunca pude cantar de un tirón
la canción de las babas del mar, del relámpago en vena,
de las lágrimas para llorar cuando valga la pena,
de la página encinta en el vientre de un bloc trotamundos,
de la gota de tinta en el himno de los iracundos.
Yo quería escribir la canción más hermosa del mundo."
(Canción de Joaquín Sabina, nacido en Jaén el 12 de febrero de 1949)
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