Ésta es nuestra casa: la Vía Láctea. Por su forma se clasifica como "espiral barrada". Tiene un diámetro aproximado de 100.000 años luz y está compuesta por una cifra que oscila entre los 200.000 y 400.000 millones de estrellas, no estamos seguros, cualquiera se pone a contarlas. La distancia desde nuestro sol hasta el centro es de 27.700 años luz, o sea, que vivimos en el margen, como si dijéramos en un suburbio de la periferia. En realidad, nuestra galaxia no es el centro del universo (ni se sabe que exista centro del universo alguno), pues forma parte de un grupo de otras cuarenta que los astrónomos llaman Grupo Local. Los griegos creían que su color blanco provenía de la leche materna surgida del pecho de la diosa Hera, hermana y esposa de Zeus, la deidad que presidía los matrimonios. Acaba de descubrirse que gira a 965.000 kilómetros por hora, más de lo que se pensaba. Esto implica también que su masa debe ser un 50% mayor de la que se creía. Por tanto, llegará a colisionar con la galaxia más cercana, Andrómeda, antes de lo previsto. Aunque por fortuna será dentro de tanto tiempo que no importa. Cuidémosla mientras dure.
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