Este mes de enero se cumplen 20 años desde la muerte del pintor excelso, del más imaginativo, del poseedor de una técnica perfeccionista, del soñador enfebrecido, de quien veía lo que a los demás nos pasa desapercibido: Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech (Figueras, 1904 - 1989). Después de él hubo toneladas de imitadores, pero él fue el creador de un estilo copiado hasta la saciedad. En vida suya corrieron en tropel los falsificadores y aprovechados para hacer fortuna. Le hicieron firmar lienzos y folios en blanco para después pintar cualquier cosa y venderlos como auténticos. Lo utilizaron. Se aprovecharon del genio todo lo que pudieron y más si hubieran podido. Pero Dalí es un mundo aparte, es un estilo, una época, una manera de ver la vida, un creador divino.
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